JAMÁS NADIE JUGÓ EN TIERRA BATIDA COMO TÚ, RAFA.

Este viernes finalmente no hubo copa Davis. El viento causó algún desperfecto, y la eliminatoria España-Serbia se tendrá que jugar entre el sábado y el domingo.
Aprovecho para rescatar un artículo del pasado mes de septiembre, en el que hablé de Nadal y su relación con la tierra batida.

Una de las veces en las que Maradona se pasó unos cuantos días encerrado en el hospital con su país en vilo porque se moría, circuló por Internet un artículo de Mirta Bertotti titulado “Vivir para contarlo”. Era la carta de una mujer, madre de familia, suplicándole al Pelusa que no se muriera pese a no ser santo de su devoción. Su petición estaba resumida en este emocionante párrafo: “Dentro de muchos años, los hijos de los hijos de la Sofi van a vivir en un país mucho mejor que el que tenemos ahora. Estoy segura. Y nadie se va a acordar que eras un fanfarrón y un bocasucia. En los libros de lectura se va a decir de vos solamente lo importante, que acá una vez nació un negrito que jugaba a la pelota mejor que nadie, y que era capaz de levantar a un pueblo triste y volverlo loco de alegría, de hacerlo feliz incluso en las épocas más negras. Para que no se muera ése, rezo”.
Como estamos en la zona deportiva del periódico, y en ella está permitido el uso de licencias hiperbólicas, tomemos a Diego por el fútbol argentino y a Nadal por el tenis español. Y si allá los hijos de la Sofi transmitirán de vez en cuando a sus hijos como jugaba Maradona, aquí tendremos que hacer lo mismo con Rafa, sin dudarlo. Los amantes del deporte siempre lo han hecho así. Y con la tecnología actual no habrá excusas que valgan.
Uno, que solamente ha podido ver a Santana en blanco y negro ganando la final de Wimbledon al americano Ralston, por ejemplo, ha presenciado sin embargo tertulias de gente de esa generación a los que se les iluminaban los ojos contando aquellas batallas de Copa Davis. Ahora que todo es más cercano y accesible, y que tal vez se haya perdido la ingenuidad de entonces, habrá que luchar por mantener esas narraciones de los acontecimientos irrepetibles con el mismo brillo en la mirada. Hoy Rafa, frente a un rival educadamente resignado a su inferioridad tenística, ha dado el penúltimo paso para cerrar cuatro años de carrera profesional imbatibles en la historia de su deporte. En los libros de lectura, Rafa, diremos de ti solamente lo importante: que jamás nadie jugó al tenis en tierra batida como eras capaz de hacerlo tú.

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