OLAZABAL EN EL HALL OF FAME DE GOLF

Ya sé que no es noticia de 'tapa', como dicen en Argentina. Las portadas siempres son otras. Ahora, además, a la última moda del marketing: CR7, tal cosa. A Messi es más difícil recortarlo; ya es cortito lo suyo. Messi. Queremos decir que está bien, que es lógico, que hay que vender en tiempos de difícil venta. Pero solamente hay ciento veinte personas en el Hall of Fame del golf mundial, y solamente dos son españoles. Uno, Olazábal, Oli, lo es desde ahora.
Digamos Oli, o JMO, o lo que se nos ocurra si fuera necesario, pero hay que darle la 'tapa'. Porque además, es un ejemplo. Es una trayectoria con todos sus componentes. Ganó cuando era muy joven, y ha ganado casi cuarentón. En medio, una chaqueta verde, una lesión que no se iba, mucho silencio, otra chaqueta verde y siempre la excelencia en la Ryder. Y, sobre todo, un grandísimo respeto de sus compañeros.
Hay deportistas que se colocan la primera vez frente a la cámara, y uno se da cuenta de que su vocación es permanecer para siempre. En la mayoría de los casos no es una situación forzada; sale así. Algunos lo llaman carisma. Simplemente es fotogenia. Tal vez carácter. Los que impostan, los que pretender estar pero no lo merecen, acaban siendo caricaturizados.
Hay otro tipo de deportistas, más raros de encontrar en estos tiempos que corren, cuya vocación es el juego sin más. No buscan jamás la cámara. No están cómodos enseñándose más allá de su vocación. Olázabal es un claro ejemplo de ello. No tiene nada que ver con rehuir entrevistas, o con mostrarse antipático, qué va, todos saben que Olazábal es una persona afable y preparada para comunicar. Pero jamás le dio por correr detrás de una pelota al dar un golpe, por ejemplo, como hizo Sergio García de forma inconsciente en 1999 en su primer PGA. Sergio era así. No estaba forzándose. Y desde entonces la cámara lo busca. Cuando Olázabal ganó sus dos Chaquetas Verdes, tardó exactamente 30 segundos en salir del green del hoyo 18. Por dentro estaría feliz, por fuera era incapaz de mostrarlo.
Como Sergio es Nadal, por ejemplo. Como Olazábal parece Iniesta, se me ocurre sin pensarlo mucho.
Dicho todo esto, tenga o no tenga sentido, José María Olázabal es la figura más importante del golf español junto a Seve, y uno humildemente cree que se debería reflejar de forma mucho más relevante en la prensa. Incluso en la prensa de información general. Tal vez sobre todo en ésta. Su amor por su deporte, su rigor en la profesión y la admiración de sus rivales debería encontrar un hueco mucho más arriba que en la zona del golf. Su vida, por ejemplo, podría ser un excelente libro. Tal vez no de acción, pero podría transmitir una filosofía de vida. Deportistas como Olazábal reflejan un estilo que es anti-modas.

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