LA SECUENCIA DEL BALONCESTO

Cerca de San Francisco, California, vive desde hace casi 40 años un español con un curioso pasado en la liga española pre-ACB. Se llama Mariano González y fue un pionero. Many estudió allí High School y College, y se volvió a España para jugar apenas tres años como base-escolta en el mítico Kas de Bilbao de Lester Lane, un entrenador americano fichado con la misión de quitar el monopolio de la competición al Madrid de Pedro Ferrándiz,
Many cada vez viene menos por Madrid, pero siempre que lo hace aprovecha para verse con uno de sus rivales de entonces, Juan Martínez Arroyo, hoy gran amigo. Contaban ambos ayer como a Coach Lane los dueños de Kas le abrieron el grifo del dinero. Casi intocables por decreto los jugadores del Madrid, Lane se acercó al enemigo pobre, Estudiantes, donde había entonces mucho más talento en la cancha que dinero en la caja. Y su acercamiento estuvo basado en una regla presupuestaria no escrita, que el baloncesto profesional americano llevaba entonces a rajatabla. El dinero había de gastarse en proporción directa a la secuencia pívots-aleros-bases. El metódico Lane pudo llevarse de Estudiantes al alero alto José Luis Sagi-Vela, pero no consiguió convencer a Martínez Arroyo, que estudiaba para ingeniero y le dijo a Lester que cobrar la mitad por ser más bajito no lo enseñaban en su escuela.
Cuarenta años después, sin embargo, Juan y Many pronosticaban la causa probable de la derrota del Real Madrid en Vitoria; al Madrid, decían, le faltan centímetros en cada puesto clave. Hablaban de Raúl, de Bullock y de Felipe, sobre todo, grandes jugadores cada vez más pequeños para su puesto. ¿Pívots-aleros-bases? Tal vez no, pero sí muchos-centímetros-en-cada-puesto. Es la secuencia teórica de dos grandes amigos, ya abuelos, a los que el baloncesto unió para siempre.

Diario Público, 7 jun 09

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