DE VIAJE HACIA LA LEYENDA

El previo de una final siempre debe ser parecido y el nudo y desenlace tampoco puede salirse demasiado del guión. Queremos decir que los pronósticos deben continuar, pero nos gustaría que siguieran errando. Si esto un día dejara de ser un juego, lo sentiríamos mucho. Hubo partido, cosa en la que pocos confiaban.
Dicho esto, nos encontramos frente a un equipo de baloncesto, este Barcelona, que tal vez por su apagón de la final de la ACB del curso pasado aun se cree con la obligación de buscar más retos en su viaje hacia la leyenda.
Las primeras impresiones fueron curiosas. Perovic era el 'center' titular del Barcelona y Anderson el que hacía de Juan Carlos Navarro, que no es un tema menor, por cierto. El hombre se lo creyó de verdad y anoto 11 puntos de los primeros 15 de su equipo. Que puede hacer el rival de un equipo así, con semejante arsenal de altos y bajos, de tiradores, anotadores y defensores? Se me ocurren dos opciones. La primera es rezar, agachar la cabeza e ir preparando las excusas a una derrota fraguada en la rueda de calentamiento. La otra, la que el entrenador del Madrid está intentando últimamente, con más o menos acierto, con más o menos polémica, es la de subir el nivel de orgullo y energía, apelar al clásico "juntos podemos", e iniciar el trago de derrota en derrota hacia la victoria final y el que no se lo crea que no venga.
El siguiente dato de los primeros veinte minutos ya lo habíamos anticipado, y no es excesivo mérito; el basket europeo, en momentos de máxima exigencia es un juego a 60-70 puntos donde cada ataque es cuesta arriba. Los cero puntos de Navarro impactaban en los corrillos del Palacio. Es lo que consiguen los genios, cuando están porque están, cuando no están porque los echa de menos hasta el guarda de seguridad que trabaja de espaldas al parquet.
A la vuelta de vestuarios, con el primer arreón del Barcelona que lo lanzaba hasta la frontera de los diez puntos, línea roja en un partido de baloncesto con un trofeo de por medio, al Madrid le quedaba la opción Sergio. Se comenta mucho el papel de Sergio en su equipo. El de ahora, revolucionario de momentos difíciles no tiene porque ser el que tenga dentro de un mes, ni el del resto de su carrera deportiva. Esta vez, además, no surtió efecto. La revolución frente al Barcelona necesita varios Sergios y, por lo visto en el último cuarto, que le acompañen sus 11 compañeros y los 300 de las Termopilas....
Los treinta y cinco minutos de partido fueron entretenidos para los jugadores, entrenadores y confiemos en que también lo fueran para el espectador de la tele. Es la primera vez en este siglo que un equipo repite campeonato; que cada cual lo tome como considere, el que ame este juego casi seguro que lo habrá tomado como un activo de una fiesta de muchos, donde últimamente ganan los de azul y grana. El que acabe de incorporarse tras muchos años en otra cosa tal vez no entienda que el MVP pueda ser un jugador, Anderson, con menos de 20 puntos en la final. Pero se irán acostumbrando.

DIARIO PÚBLICO, 14-2-11

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