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Mostrando entradas de marzo 7, 2009

EL MODELO DEL NUMERO UNO

Se abrió la Davis. En un día se ganó lo perdido en la jornada anterior. Tres partidos, ventaja española, pero no definitiva. Ferrer sigue su idilio con el torneo (pasó por encima de Roddick en la semifinal de Madrid, y hoy aburrió a Djokovic), y Rafa, ay Rafa, siempre Rafa. Además, con un plus que no tenía: le apetece levantar la Ensaladera de nuevo. En Sevilla 2004 lo hizo, pero no era el número uno del equipo. El año pasado lo era, pero se perdió la final. Está claro que le falta una combinación en este evento: número uno + final disputada y ganada. Que se vayan preparando. Hoy, Tipsarevic, por ejemplo. El serbio juega con gafas de sol graduadas, y es un tipo que se pega a la pista, que aguanta, que no se deja ir. Pero hubo una pelota que definió mejor que ninguna la cruz del que está al otro lado de la red jugando contra Nadal. El peloteo era largo, se cruzaron un par de veces de lado a lado, y Nadal comenzó (como casi siempre) a dominar el punto. Su estrategia marcaba la carga sobr

JAMÁS NADIE JUGÓ EN TIERRA BATIDA COMO TÚ, RAFA.

Este viernes finalmente no hubo copa Davis. El viento causó algún desperfecto, y la eliminatoria España-Serbia se tendrá que jugar entre el sábado y el domingo. Aprovecho para rescatar un artículo del pasado mes de septiembre, en el que hablé de Nadal y su relación con la tierra batida. Una de las veces en las que Maradona se pasó unos cuantos días encerrado en el hospital con su país en vilo porque se moría, circuló por Internet un artículo de Mirta Bertotti titulado “Vivir para contarlo”. Era la carta de una mujer, madre de familia, suplicándole al Pelusa que no se muriera pese a no ser santo de su devoción. Su petición estaba resumida en este emocionante párrafo: “Dentro de muchos años, los hijos de los hijos de la Sofi van a vivir en un país mucho mejor que el que tenemos ahora. Estoy segura. Y nadie se va a acordar que eras un fanfarrón y un bocasucia. En los libros de lectura se va a decir de vos solamente lo importante, que acá una vez nació un negrito que jugaba a la pelota mej