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Mostrando entradas de mayo 17, 2009

LA ACB, DONDE LO INCREIBLE OCURRE

A este lado del Atlántico se inicia un playoff discutido y discutible. Tal vez sea el último. La ACB recibe presiones para volver a un estadio anterior. El baloncesto de élite, dicen, debe dar un paso atrás para seguir adelante. Además, este primer partido entre el Madrid y la Penya, competitivamente nulo, no ayudará a los defensores de la ronda post regular. La liga hizo un esfuerzo, presentó su Tiempo de Magia, le dio el MVP al chico de la tierra, Felipe, cordobés, madridista, luchador; lo fotografió junto a Ricky, la perla verde, la vitamina necesaria contra la escasez de audiencia, y ambos declararon estar encantados de conocerse, de enfrentarse, de pelearse por la Liga, por el Espíritu, por… Pero éramos pocos, y se resbaló Ricky. Su gesto de dolor y su ausencia para el resto del partido (¿y de la serie?) fue un puñetazo en el mentón del maltrecho share. Sin él, no hay Penya, sin Penya no hay partido y sin partido no hay audiencia ¿Qué se puede hacer? A corto plazo, poca cosa. A me

TENIS ON LINE Y OFF LINE

Por lo visto, el ser humano tiene dos maneras de pensar: on-line y off-line. La buena, la sana, es on-line. Es decir, aquí y ahora, sin proyectarse hacia un futuro impredecible. En el mundo del tenis, tan educado, donde los jugadores preparaban el partido, incluso la temporada, off-line, es decir, con una cierta proyección, llegó Nadal y cambió el paso. El número uno del mundo es un jugador on-line. Se dice también enchufadísimo, que eso es más habitual escucharlo, pero es lo mismo; juega aquí, ahora, cada intercambio, cada punto. Su gente le lleva las cosas, le prepara la carrera; el tío Toni y sus hermanos pensarán en las inversiones, en los próximos viajes, en la planificación de los cambios de superficie. Rafa no piensa en nada de eso; sólo en la pelota que está jugando. Entendemos que estará al tanto del marcador, aunque visto lo de hoy con Djokovic es difícil de asegurar. El partido estaba perdido, como tantos otros... Se dice aquí arriba, en el recuadro gris que da nombre al blo