Homenaje a Chicho Sibilio. Nuestro gran oriundo.

Solozábal, Epi y Sibilio frente a Corbalán, Iturriaga y Fernando Martín. Ahora que nos hacen deporte olímpico el 3x3 del baloncesto, podemos por fin resumir nuestro recuerdo de la infancia con 6 de aquellos magníficos jugadores. Ya nos faltan dos.  Ha muerto Chicho Sibilio con 60 años. La noticia no explica mucho más, ni falta que hace; inmediatamente todo un estilo de aficionado al baloncesto se ha sentido huérfano en pleno agosto. Cándido 'Chicho' Sibilio era nuestro alero fuerte durante muchos de aquellos veranos. Era el 'tres' titular de la selección, porque Aíto todavía se estaba inventando a Andrés Jiménez para sacarlo por fuera, y sólo 'el Matraco' Margall podía tirar desde tan arriba como el oriundo Sibilio. Pero cuando Chicho estaba enchufado (fue controvertida su renuncia a los Juegos Olímpicos de 1984), no había discusión posible. Chicho había llegado muy joven a España, "oriundo de la República Dominicana", como nos lo presentaban de vez en cuando Héctor Quiroga ó José Félix Pons en las retransmisiones, y desde el principio se había mostrado como ese jugador diferente, sobre todo en ataque, capaz de subir el nivel primero del Barcelona y muy poco después de nuestro Equipo Nacional.  Por culpa de los 6 magníficos, y de tipos como Romay o Llorente; de Margall y de Andrés Jiménez; de Fernando Arcega, Beirán, Villacampa... o de su gran amigo el 'lagarto' De la Cruz -otro inolvidable "oriundo" llegado de Argentina-, con Antonio Díaz Miguel al mando de las operaciones, salíamos a la calle con nuestras Adidas Top Ten o las Forum de bota, o con las Europa Hi ó low, si el presupuesto familiar no daba para tanto. Inmediatamente los compañeros de clase sabían que alguien se estaba dedicando al deporte que le quitaba la audiencia al fútbol, con carrusel propio en la radio cada fin de semana pocos años después. Y precisamente gracias a la radio nos llegó el primer gran impacto de Chicho en la selección. Aunque ya había acudido a los Juegos de Moscú, su rendimiento durante el Mundial de Cali (Colombia) en 1982, y sobre todo en la mítica victoria frente a Estados Unidos (sin imágenes televisadas), nos lo ha dejado para siempre como la clara representación del alero alto tirador, capaz de ponerse delante de los rusos Myshkin o Tarakanov, o del italiano Villalta, y pelear por un espacio que nos daba opción a todo en Europa, como se demostró en el Europeo de Nantes de 1983, donde sólo pudo con nosotros Italia en la gran final. Con Chicho, el Barcelona y España tenían un arma diferencial, y los equipos de cantera una nueva referencia; ¿quién hace de Sibilio? Y hacer de Sibilio era poder jugar de espaldas al aro cuando el defensor era más bajito, pero al mismo tiempo tener la capacidad de tirarlas desde siete metros en transición a la mínima oportunidad. Hacer de Sibilio era jugar muy bien y pasarlo muy bien jugando al baloncesto. Cuando en el equipo había un Sibilio, las opciones en ataque siempre se multiplicaban. Tras sus éxitos en el Barça y en la selección, de Chicho se recuerda menos su paso por el Taugrés de Herb Brown. Allí se juntó en 1990 con Pablo Laso, Joe Arluckas, Ramón Rivas... y de nuevo con su amigo De la Cruz. También con la gran esperanza baskonista, Marcelo Nicola (que nunca renunció a su selección argentina de origen), para hacer del Baskonia un equipo capaz de discutir junto a Estudiantes y Joventut la tiranía del Madrid y Barcelona de finales de los ochenta. En dos temporadas consecutivas, el Tau llegó a semifinales de ACB, eliminando al Madrid en cuartos de final en la temporada 90-91, y  llevándolo hasta el quinto partido en el play-off de semifinales de la 91-92 con Sibilio promediando más de 30 minutos en cancha. Decía Larra que la constancia es finalmente el único recurso con el que podemos contar siempre los feos. Descanse en paz el Chicho Sibilio. Nuestro guapo alero alto de los años 80. Un jugador inolvidable.

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