La Euroliga necesita el espíritu de Severiano Ballesteros

La suspensión de la Euroliga era un asunto que se estaba barruntando hace tiempo. "Mi sensación es que no vamos a reanudar la competición", manifestó Sergio Rodríguez estos últimos días.Sergio prefiere que lo escuchemos sobre la cancha y no en la tribuna de prensa. Yo les garantizo que todavía no le vi cometer un error en este último segmento del juego, donde los profesionales de cualquier deporte también se ganan el salario. El llamado 'mercado NBA' es muy parecido a lo que podría llegar a ser un futuro 'mercado Euroleague' (millones de habitantes; extensión en km2 de superficie). Pero a ver quién es capaz de comprar el argumento a partir de hoy. La decisión tomada, nos sitúa ante la evidente diferencia entre las dos ligas más potentes del mundo del baloncesto. Los evidentes Estados Unidos de América, frente a la mucho menos evidente Unión Europea, con Turquía y el Maccabi de Tel Aviv como invitados de honor. No paramos de oír, hasta casi el rechazo, esa letanía que asegura una oportunidad en cada crisis. Lo que ya es evidente es que la Vieja Europa no para de entrar en crisis a la mínima oportunidad. Uno llegó a estar convencido de que aquel llamado 'Milagro de Medinah', una preciosa historia que tuvo como protagonista al mundo del golf, y como máximas estrellas a varios deportistas europeos, pudo haber significado mucho más que un simple encuentro alrededor de un deporte inventado por los pastores escoceses. Aquello, pensamos, era la Gran Victoria, por la vía más impactante posible, la del Alto Rendimiento Deportivo (¡a los birdies, ciudadanos!) de la Gran Europa de nuestros Chemas, Sergios, Francescos, Henriks, Lees…, frente a los rivales del otro lado del charco, huérfanos de su God Bless América aquel domingo difícilmente mejorable. Tras esa preciosa imagen de banderas azules y amarillas al viento, con sus bonitas provincias rojigualdas, o tricolores, o las de los diferentes hijos de la Gran Bretaña, quisimos pensar que por fin habían pasado a mejor vida aquellos escenarios europeos casi bélicos, en los cuales se recibía a una tropa extranjera a la que someter. Tal vez por fin seremos tan ingenuos como los norteamericanos, nos dio por pensar, y veamos en realidad sobre el campo de juego a dos franquicias de un mismo mercado, imponiendo una a la otra sus estrategias de marketing, ventas y habilidad en la gerencia deportiva. Evidentemente nos equivocamos. Este virus que quisieron calificarlo como 'chino', ha resultado ser también 'español', 'italiano', 'ruso', o 'estadounidense'. Pero no tiene ningún viso de poder ser 'europeo', como unidad de destino en la previa salud, la actual pandemia, y la futura crisis que nos acecha. Siempre se dice que Nueva York es muy diferente a Portland, y que Miami nada tiene que ver con Chicago. La verdadera oportunidad de la Europa del Deporte, habría pasado porque Madrid hubiera seguido siendo tan diferente a Atenas o a Berlín, o a Milán, pero que a sus equipos profesionales de baloncesto los hubieran permitido juntarse en Disneyland Paris, con un mismo objetivo como proyecto deportivo. ¡A por la Eurolegue, ciudadanos! Es evidente que aquel Milagro de Medinah, como cualquier milagro, solo tuvo finalmente consecuencias religiosas para el deporte europeo. Allí subió definitivamente a los altares uno de los deportistas europeos más trascendentes de todos los tiempos, San Severiano Ballesteros. La victoria de la bandera azul y amarilla sobre el rival norteamericano, se celebró con una mirada al cielo de los ganadores. ¡Va por ti, Sevvy! Aseguraron todos entre lágrimas. Y a uno le ha dado por pensar ahora cual hubiera sido la respuesta de ese mito del deporte, inigualable en su visión; "chavales, ganarles en el campo mola, pero la verdadera victoria es hacer del Tour Europeo un sitio más atractivo, y con más dinero en premios que su American Tour. ¡Eso es lo que debemos perseguir!". Ballesteros no creía en los milagros; creía mucho en sí mismo, y en la potencia de la Vieja Europa... unida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

JOAN CREUS: UN TIPO DE FIAR

¿Es posible predecir la honestidad y la eficacia en el Alto Rendimiento?

Los que estuvimos allí, jamás lo olvidaremos