“EL EQUIPO DE FÚTBOL PERFECTO ES UNA TRIBU DE AMIGOS QUE SE NECESITAN, NO UN GRUPO DE ATLETAS HÍPER ENTRENADOS.



 

Aprovechando unas ponencias que debe impartir, y tras más de año y medio de conversaciones (pocas) a través del teléfono móvil, nos vemos de nuevo en Madrid con uno de nuestros grandes referentes en el mundo del Alto Rendimiento deportivo. El Dr. Leo Pruimboom (Amsterdam, Países Bajos, 1961), fundador de la Psiconeuroinmunología clínica (PNIc) en Europa,” la ciencia médica del estilo de vida”, como le gusta llamarla, llegó a España a mediados de los años 80, para desempeñar su profesión de entonces; la fisioterapia. Se instaló en la zona del Levante y, en poco tiempo, montó una verdadera revolución con su especial acercamiento a las necesidades de sus pacientes. Este cronista, tuvo la oportunidad de conocerlo en 1997, gracias a los consejos de José Luis Llorente (base del Real Madrid, CAI Zaragoza o Andorra, medalla de plata con la selección española de baloncesto en Los Ángeles 84, y por entonces veterano rival en la ACB). 

La cita con el Dr. Pruimboom tiene como marco la Federación Madrileña de Tenis. Jugaremos un rato (“no me metas en una pista cubierta; que nos dé bien el sol y que pasemos calor, por favor”), veremos después el partido de España frente a Suiza, y aprovecharemos para pedirle opinión sobre lo que queda de Eurocopa. Nuestra relación es indisociable del deporte. Jamás olvidaré la segunda consulta que pasé con él hace casi 25 años. Mi objetivo en aquel momento era recuperar mi lesión crónica en ambas rodillas. Leo me citó en una pista de squash, y me pegó tal paliza que me olvidé de las dichosas tendinitis rotulianas que arrastraba desde los 19 años. “No inventé nada, Pablo. Todo aquello estaba siendo publicado. Ese ‘pobrecito’ chaval al que ‘había que cuidar cada día para que no le dolieran los tendones’, tenía que dejar atrás esa ‘senda dolorosa’. No había nada de ‘mágico’ en despreciar tus dolores de entonces. Yo no trabajo desde la fe. Yo no creo que algo va a funcionar. Yo trabajo desde la ciencia. Yo sé que funcionará. Y si por algún motivo no funciona, tendré que seguir investigando y estudiando para saber más”.

Lo que comenzó como una relación de fisioterapeuta y paciente, acabó derivando en una amistad con una necesidad común; el desarrollo de ese movimiento científico de nombre impronunciable. Leo, junto al Doctor Bram Van Dam (fallecido hace ya más de una década y que había sido su profesor en la facultad), se había empeñado en transformar los conocimientos médicos surgidos en los laboratorios de la facultad de psiquiatría de la Universidad de Rochester (Nueva York), en intervenciones clínicas capaces de ir más allá del síntoma, de llegar a la causa de problemas complejos que se empezaban a percibir por lo que hoy solemos llamar el “estilo de vida occidental”. 


El partido de tenis que teníamos pendiente no da para más, y España ha empezado su cruce de cuartos frente a Suiza. Nos sentamos frente a la televisión del bar de la federación ya con el 1-0 a nuestro favor, a punto de llegar al descanso. Aprovechamos esos minutos para compartir una cerveza y las primeras reflexiones sobre lo que más le está llamando la atención de esta Eurocopa tan diferente a todas las anteriores.


-¿Viste a Benzema el otro día? Se quedó totalmente vacío en la prórroga. Y tantos jugadores con problemas musculares. Yo no lo veo normal.

“Con el tema de los problemas musculares, ya verás como vuelven a hablar de un déficit de magnesio; o de que no los jugadores no se están hidratando bien. Todo eso, para mí forma parte de la ‘mitología científica’. En los deportes de equipo, el problema muscular se da mucho más por una falta de adaptación frente al reto. Me explico. Trabajar mucho la fuerza o la velocidad, está bien para los atletas. Pero el fútbol, por ejemplo, es un deporte sobre todo de habilidad y capacidad de asociación, y se están descuidando las habilidades propias de ese juego en concreto. Eso es lo que debería primar en los entrenamientos, por encima de cualquier otra cosa. En un equipo capaz de ayudarse de verdad, entrenado para competir a través de socializar más que el rival, la posibilidad de acalambrarse en una prórroga será menor que la de un grupo con tipos rápidos y fuertes, muy bien hidratados, pero sin esa capacidad de asociación en busca del objetivo. El primero, en los momentos de alta exigencia durante el partido, gestionará mucho mejor el estrés. El calambre no se soluciona con agua, sino con una mejor adaptación a la exigencia real de tu deporte”.


En el baloncesto ya no hablamos sólo de la estadística avanzada, ese cruce de datos con múltiples variables. La siguiente revolución que viene es lo que se podría llamar ‘personalidad avanzada’. Mi ex compañero y amigo Johny Rogers (director de scouting en los Wizards de Washington) dice que en la NBA ya no interesa tanto si el jugador mete más o menos triples, sino su capacidad de tomar buenas decisiones.

“La toma de decisiones en el Alto Rendimiento deportivo, sigue siendo un campo apasionante de trabajo científico, exportable a muchos entornos. Te pongo un ejemplo. Messi, no solamente controla, domina y protege mejor que nadie un balón de fútbol. Además, mientras lo hace, tiene a todos sus compañeros en la cabeza. Los demás saben que, gracias a su habilidad como futbolista, ese balón podría llegarle siempre a cualquiera que esté en disposición de hacer daño al rival. Si lo llevamos al campo de la biología evolutiva, que es lo que estudiamos mucho en PNI, podríamos decir que, con Messi en la tribu, sus compañeros perciben muchas más posibilidades de éxito frente al reto más exigente. La habilidad de Messi en un campo de fútbol es, por tanto la de un gran ‘socializador’; lo lleva dentro. Y, además, con una motivación intrínseca pura, que es la que tienen los más grandes deportistas. Y quien dice Messi puede decir Johann Cruyff, mi ídolo de todos los tiempos, como holandés que soy, y cualquiera de los más grandes futbolistas en los que podamos estar pensando. Después, podrán ser más o menos extrovertidos, más o menos cordiales... ”.  


Como podrán comprobar, aunque ha trabajado con muchísimos deportistas todos estos años, el fútbol ha sido siempre la debilidad del Dr. Puimboom. Llegó a entrenar en las categorías inferiores del Ajax. En España, por ejemplo, trabajó con el Villarreal a finales de los 90, gracias a la especial relación previa que había tenido con la familia Roig.  

Me contabas que te siguen buscando para volver a trabajar en el fútbol de élite. ¿Has avanzado con eso?

“He estado hablando con un equipo top de primera división holandesa estos días, pero todavía no te dejo publicar su nombre. No sé si aceptaré la propuesta. Les he preguntado qué es lo más importante que necesita el equipo para el próximo año. Y lo que me temía. El preparador físico me ha hablado de la fuerza, con el psicólogo he acabado hablando de las emociones. Al segundo entrenador le interesa sobre todo la táctica… Yo no estoy en absoluto de acuerdo con nada de eso. Lo principal en un equipo de cualquier deporte, es trabajar sobre todo las habilidades relacionadas con ese deporte. Las ‘skills’ que dicen los ingleses y los americanos, las habilidades puras con las que vas a poder sobrevivir. Los deportes de equipo se han obsesionado los últimos años con hacer atletas cada vez más rápidos, cada vez más fuertes. Pero lo que garantiza el éxito a medio y largo plazo en un equipo es tener jugadores cada vez más hábiles en su medio, capaces de socializar como nadie con el balón y sin el balón”. 

(Esto me suena al estado de ánimo de Jorge Valdano, pienso para mi. Pero rápidamente vuelve la ciencia)

“Los estudios que se están publicando, hablan de que el 90% del éxito del niño de 9 años que puede liderar un equipo de fútbol en el futuro, no lo va a dar su fuerza o su velocidad a esa edad. Es mucho mejor predictor esa habilidad a la que me refiero. Su relación con el balón y con los demás compañeros. Yo no quiero identificar en el primer entrenamiento a los más fuertes y a los más rápidos. Necesito saber quienes son capaces de pasar el balón a más compañeros diferentes; quienes son capaces de tomar decisiones de grupo con más agilidad”.


Probablemente, por esa seguridad que Leo Pruimboom ha transmitido siempre a su entorno, y desde lo adelantado de sus intervenciones en la nutrición, en el ejercicio; con esa permanente conexión entre los factores de riesgo para intervenir sobre la curación de una patología (la tesis presentada para obtener su doctorado por la Universidad de Groningen partía de que la falta de movimiento actual debe considerarse la causa verdadera de prácticamente la totalidad de la carga patológica del ser humano), iba preparado para la posible respuesta de Juan Roig -presidente de Mercadona, y uno de los primeros pacientes de Leo en España hace ya más de treinta años-. Salía Roig del hotel oficial de los equipos en una Copa del Rey de baloncesto celebrada en Madrid antes de la pandemia, y lo abordé sin pensarlo demasiado. “Juan, antes de presentarme, te voy a decir un nombre que quizá te traiga recuerdos”. “¡Hombre, el mago! ¿Qué es de su vida? Dale muchos recuerdos de mi parte. Jamás me olvidaré de él” 


“Jajajaja” (se reía al otro lado del teléfono cuando le conté la anécdota). “Mercadona es lo que es gracias a que yo traté a Juan Roig”.



En los primeros minutos de la segunda parte, nada hace presagiar un empate de Suiza, y la conversación va fluyendo. 

¿Cuál sería entonces el equipo perfecto? ¿Tienen que ser todos grandes ‘socializadores en el campo’? 

Hay dos perfiles que pueden no tener la habilidad para asociarse tanto, que no dañan mucho aunque sean más ‘individualistas’. Sobre todo el portero, al que necesito muy, muy dominante, y tal vez también ese delantero centro de toda la vida. El cazagoles. 

Cristiano Ronaldo, por ejemplo.

Por ejemplo. Pero Cristiano tiene una cosa que en la biología evolutiva ha jugado un papel muy principal en nuestra supervivencia como especie. Su motivación intrínseca es imbatible. Es superior a la de cualquier otro futbolista. El otro día le escuché decir que le preocupa el futuro de su hijo porque ‘no necesita nada’. Yo, de pequeño (seguía diciendo) necesitaba unas botas. Y luego necesitaba un balón. Y luego necesitaba, y necesitaba…”.


La vista de nuevo en el partido nos trae el gol de Suiza. Con la cantidad de veces que he podido hablar con Leo del Alto Rendimiento en el deporte, y lo poco que habíamos hablado de la amistad dentro de un equipo. 


“Te he dicho antes que no me gusta funcionar con creencias, sino con certezas, Pablo. Pero también te he dicho que no debemos parar de aprender. Y mi conclusión ahora, tras 30 años de trabajo en el Alto Rendimiento, es que el equipo perfecto para poder triunfar a medio y largo plazo tiene que tener por encima de cualquier otra cosa la pinta de una familia de amigos. De una verdadera tribu en la que unos quieran de verdad sacrificarse por los compañeros. Eso de que aquí somos profesionales, y la amistad es otra cosa, no te lleva ni la mitad de lejos. Es una evidencia científica. La verdadera amistad en el Alto Rendimiento eleva mucho las posibilidades de conseguir los objetivos”. 


¿Y a quién ponemos al frente de un grupo de amigos? ¿Quién es el entrenador perfecto, desde el punto de vista de la PNI?

“Pues depende. Lo primero es que yo, en los tiempos que corren, llevo tiempo sugiriendo a los equipos de Alto Rendimiento que no se aíslen completamente por género. Hay una cosa que el deporte competitivo hace mucho peor que el mundo empresarial; segrega todavía demasiado, sobre todo en el deporte masculino. En contra de lo que la sociedad tiene mayoritariamente en la cabeza, el perfil del hombre es mucho más emocional que racional. Y la mujer es mucho más racional. Por eso los hombres tienden a expresar mucho menos sus emociones, porque las viven mucho más, y no les gusta hablar tanto de ellas. No lo necesitan. Y lo contrario sucede con las mujeres. Al vivir mucho menos sus emociones, no tienen inconveniente en hablar más de ellas. Lo necesitan. Déjame que te haga un inciso para hablar de lo que ha pasado en este año y medio de Pandemia. Esto que voy a decir, lógicamente es una primera intuición, y no he encontrado estudios al respecto. Creo que las mujeres al mando de los gobiernos, han sido mucho más claras en la comunicación de lo que ha venido pasando. Han tenido mucha menos necesidad de ocultar los datos, o la gravedad de la situación.

Por cierto, creo que en la NBA están preparando a una mujer para ser la primera entrenadora de un equipo masculino, ¿no? (se refiere a los San Antonio Spurs, con Becky Hammon, ayudante de Gregg Popovich). Ojalá vaya sucediendo cada vez más.


¿Nada de tipos o tipas duros, entonces?

Desde luego, en grupos muy hechos, con gran capacidad, va a funcionar mucho mejor el estilo de un entrenador como Del Bosque, que el de Mourinho, por ir a dos perfiles característicos. La evolución ha permitido en nuestras sociedades dos perfiles de mando; el gran demócrata, y también el gran dictador. Al primero le suelen seguir mucho más por el prestigio que emana, y al segundo por el miedo que provoca. Ambos han funcionado en el deporte, y en la sociedad en general. Lo que está claro es que la capacidad de liderazgo a través del prestigio suele ser mucho más duradera en el tiempo. 


Yo tenía un compañero en mi equipo de baloncesto, que era bastante pesado con un dicho que por lo visto tenían en Estados Unidos. “good guys, always finish last” (los chicos bondadosos, siempre acaban los últimos).

Pues tu compañero sabía muy poco, lógicamente, de biología evolutiva. El dominante patológico acaba siempre muy mal. Las buenas intenciones, a lo largo de la evolución, han funcionado de maravilla para lograr grandes objetivos. Si todo lo fías a lo inmediato, a lo que necesitas ya, parece que te podrá ir mejor con ese perfil de dominancia. La posibilidad de ser justo, o de liderar a través del prestigio, mucha gente lo confunde con el altruismo, pero también es puro instinto de supervivencia.


Entre reflexiones, España se ha metido en un lío, y no ha sido capaz de superar a Suiza antes de la tanda de penaltis.

“Ves, Suiza es el típico equipo de compañeros que transmiten una gran relación, que se nota que han desarrollado ese instinto de supervivencia como grupo. Y se lo ponen difícil a cualquiera. 

Pues a Luis Enrique se le nota tranquilo. Parece confiado.

No conozco mucho a Luis Enrique. Aunque sí he estado con él en alguna ocasión. No sabría decirte. Lo que sí sé es que, pase lo que pase en el resto de eliminatorias, tengo un favorito evidente para ganar esta Eurocopa, con la aproximación evolutiva que estamos haciendo. Ningún otro equipo ha vivido lo que han tenido que vivir los daneses este último mes. Es cierto que a España le han pasado cosas, y supongo que al resto de equipos también (positivos por coronavirus, etc…). Pero la experiencia del compañero a punto de morir en el campo, no es comparable. De ahí sólo puede salir o una ruptura total en el grupo, o una unión tan sólida que la lleven hasta las últimas consecuencias. Lo mismo me equivoco, pero creo que Dinamarca va a necesitar menos agua, menos magnesio, menos de todo que las tribus restantes para seguir sobreviviendo. Si no está Holanda, sabes que quiero que gane España, pero mi favorita sigue siendo ahora mismo Dinamarca.






 

 








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