La sonrisa de Sergio García

 


“Si queremos desarrollar un perfil de Alto Rendimiento, es tan importante conocer su talento como su personalidad. La estructura biológica de la personalidad, es el mejor predictor del comportamiento futuro de cualquier persona en su desempeño laboral, y en su vida personal. Nos explica las pautas de comportamiento que dominarán su manera de estar en el mundo -y desenvolverse en el trabajo-, y será la que determinará el grado en el que podrá desarrollar más o menos su potencial en un nuevo entorno, o adaptarse a nuevos equipos y nuevos retos. Por ejemplo, los rasgos críticos para asumir la responsabilidad de ‘ganar un torneo de golf’, son cruces de factores psicológicos muy predecibles, tales como estabilidad emocional, psicoticismo, etc… Esta es la razón por la cual perfiles con igual talento, finalmente rinden de manera diferente”.

Todo el párrafo anterior (perdón por su longitud), está entrecomillado por una razón muy evidente; no es la opinión de quien les escribe esta carta, sino de uno de los mejores especialistas en predicción del comportamiento de nuestro país, el psicólogo Rodrigo Martínez de Ubago. Se me vino a la cabeza esta reflexión del profesor Martínez de Ubago justo al inicio de uno de los eventos deportivos más valorados por sus aficionados; la Ryder Cup de golf, que se está disputando desde este viernes en territorio norteamericano, en la región de Michigan, justo al borde del lago que comparte su nombre.

La primera imagen que pudimos presenciar del evento, correspondía a la entrevista que Movistar plus estaba ofreciendo con Jon Rahm y Sergio García. La pareja española, ha tenido el honor de salir en el primer partido del evento representando a Europa. Algo que podíamos intuir, pero que no deja de ser impactante, pues refleja muy a las claras el nivel de liderazgo que el capitán del equipo otorga a nuestros compatriotas; “salid ahí fuera, y marcadnos el camino en territorio enemigo”.

Para este cronista, lo de menos fueron las palabras (coherentes; motivadoras; lógicas) que tanto Jon como Sergio transmitieron a la audiencia, y se dedicaron mutuamente. Pero hubo algo que, no por sabido (lleva años sucediendo), debemos remarcar; Sergio García encuentra en la Ryder Cup el mejor lugar para expresar su conexión con el deporte, el evento donde puede maximizar su rendimiento. Y sus palabras fueron acompañadas del modo en que cualquier niño feliz las hubiera expresado; con una sonrisa contagiosa, que no se le desdibujó del rostro.

La carrera de Sergio García como jugador profesional de golf, quedará en los libros de su deporte impresa en letras doradas. Uno de sus récords (el de más torneos seguidos disputados de los llamados ‘grandes’; entre 2000 y 2019 jamás se perdió uno solo de ellos; multipliquen...), es difícilmente igualable. El rendimiento de Sergio como golfista, no admite discusión. ¿O sí? Curiosamente, ha sido uno de los deportistas ‘top’ más controvertidos. La razón principal podría encontrarse en el difícil equilibrio entre el talento propio y las expectativas ajenas. En el caso de Sergio, un exceso en ambos parámetros, transformó en numerosas ocasiones lo que era un excelente vino dulce en un trago muy amargo.

Pero Sergio ha encontrado a lo largo de sus 20 años en la profesión, el perfecto refugio frente a la incomprensión; cada dos años, con la misma regularidad mostrada en los torneos individuales (sólo dejó de ser convocado en la edición de 2010), el jugador español se ha vestido de azul y amarillo, con ese uniforme europeo en el que tanto nos cuesta reconocernos todavía, como cualquier chaval se enfunda, el día de los Reyes Magos, la camiseta de su equipo favorito. 

¿Es posible que nuestra capacidad para ‘jugar’ en equipo, o para ‘jugar’ de un modo más individual esté tan determinada de antemano? Recuerdo hacerle esta pregunta al profesor Martínez de Ubago al poco tiempo de conocernos. Se la hice, impactado por el resultado de una prueba personal, en la cual el parámetro de jugador de equipo salía especialmente bajo. ¿Cómo es posible -le importuné- si me llegaron incluso a pagar por jugar al baloncesto? Y su respuesta fue la mejor medicina posible frente al estrés del Alto Rendimiento. “Porque eres lo suficientemente inteligente para saber que te convenía jugar en equipo para lograr tus objetivos personales”.

Uno tiene la intuición de que, detrás de la sonrisa de Sergio García en la Ryder Cup, se aloja una respuesta similar de nuestro experto en biología de la personalidad; “este chaval ha nacido para jugar en equipo, aunque es lo suficientemente competitivo y talentoso para llegar muy alto en un deporte individual”.

Parafraseando a Dawkins; probablemente ni Sergio, ni tú, ni yo, podamos cambiar demasiado. Disfruta lo máximo que puedas de ti mismo y trata de adaptar tu entorno lo más posible a tu personalidad. Si por nuestro protagonista fuera, estamos convencidos de que cada torneo de golf del circuito americano, le gustaría planteárselo como la mejor Ryder Cup posible. Y se partiría de risa todos los fines de semana.


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