Sergio Rodríguez y la paternidad


Me apetecía encontrar un modo especial de agradecerle a Sergio Rodríguez su penúltima maravilla de partido de baloncesto, con la que nos deleitó a todos sus seguidores en la victoria de su Olympia Milán el martes pasado en cancha del Barcelona, y envié esta cita a su teléfono.


Un importante político alemán, por lo visto le dijo a su médico; “no le pido a usted que me rejuvenezca; todo lo que quiero es seguir envejeciendo así”.

 

Me pareció oportuno hacerlo, porque hace tiempo que ‘El Chacho’ nos viene amenazando por whatsapp con el dato incontestable del carnet de identidad.

-        “De treintañero quiero ser como tú”, le escribimos el 5 noviembre tras otro de sus recitales, curiosamente (¿o no tanto?) contra el Barça en la primera vuelta de la competición.

-        “Pablo, estoy más cerca de ser cuarentón. Esto se va terminando”.

 

Desde el año 2004, la referencia de cómo me hubiera gustado haber ejercido la posición de base, está casi a tiempo completo vinculada a los mejores momentos de Sergio sobre la pista. Aquel verano se disputaba el campeonato de Europa Junior en Zaragoza, y desde el primer partido me noté metiéndome en su piel para dejar con la boca abierta a mi amigo Danko Cvjeticanin (“Desde Drazen Petrovic no vi a nadie con ese talento manejando el balón”). Gracias a Sergio, me he visto también como pieza clave en una semifinal de un Mundial, llevando a la selección española sobre mis hombros con 20 años, y frente a la mejor Argentina de la historia; he intuido el disfrute de los aficionados de la NBA con mi manera de entender el baloncesto (en Portland decían que pocos bases de la liga tenían mi visión de juego); he liderado posteriormente a dos equipos en la Euroliga hasta la conquista del trofeo, y estoy aprovechando estos últimos años de su carrera deportiva para dejar explicada la maestría del puesto por toda Europa y sus alrededores. Tal vez, por el camino, me acabe encontrando incluso con una tercera copa de campeón.

 

Por cierto, el político al que la cita hace referencia, se llamaba Konrad Adenauer, y fue uno de los llamados ‘8 padres de la Unión Europea’. Desde esta carta lanzo dos retos de Año Nuevo a los lectores de esta carta. El primero, que elijan a sus ‘padres de la historia de la Euroliga de baloncesto de este siglo XXI’ (El Chacho estaría entre mis 8 elegidos, obviamente). El segundo es más personal. Me gustaría encontrar a los discípulos del médico de Adenauer, porque el Don Konrad vivió hasta los 91 años. Lo mismo hay suerte, y nos ayudan a estirar algún añito más de lo esperado la carrera deportiva de ‘papá’ Rodríguez. 

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