El negocio de Chus Mateo



Pidiendo disculpas por el océano y el cuarto de siglo mediante, el Madrid de Mateo ha dominado en varios momentos de la temporada como los Bulls del segundo trienio ganador de Phil Jackson; por tierra, mar y aire. Además, se dio el lujo de hacer un regalo inolvidable de Reyes a sus aficionados. La victoria por 130-126 frente al Efes tras cuatro prórrogas, con el público aplaudiendo a rabiar muy rebasada ya la medianoche, es el partido inolvidable.

El dominio lo ha basado en el impacto de Campazzo, que con sus dos comidas diarias sigue acobardando a los tipos de más de dos metros cuando choca con ellos. También ha tenido que ver con Poirier subiendo definitivamente de grado, liberando un poco a Tavares, haciendo todavía más impenetrable la defensa y más contundente el acoso en la canasta rival. Por supuesto con Hezonja y Musa combinando 28 puntos con 43 minutos en cancha, ambos por encima del 42% de acierto en los triples. O con Llull y Rudy jugando los últimos minutos de muchos partidos como esos artesanos de los que Montaigne decía que eran más sabios y felices que algunos rectores de universidad. En paralelo, Yabusele se ha hecho perdonar las llaves de judo con máxima concentración y energía, Deck y Causeur han competido de manera tan pulcra y aseada como siempre, y sólo al Chacho se le ha notado algo incómodo, como siempre les ha pasado a los genios que envejecen. 


Desde la victoria en la Copa del Rey, quizá el dominio no haya sido tan evidente, y la baja de Deck este viernes en la semifinal frente a Olympiakos puede pesar bastante. Cuando le pedimos a la última versión de la IA que nos de un favorito (metiendo los datos de la liga regular de ambos equipos), esta es la lógica conclusión; Basado en la comparación estadística, el Real Madrid parece tener una ligera ventaja debido a su superior capacidad de anotación, rebotes y habilidades de juego de equipo (sic). Sin embargo, la menor tasa de pérdidas de balón y las capacidades defensivas sólidas de Olympiacos los mantienen competitivos. El partido probablemente será muy disputado, con los emparejamientos clave y las actuaciones en momentos críticos determinando el resultado.


Como nuestro analista de la realidad no se moja mucho, hagamos baloncesto-ficción. El guionista griego tendrá en mente el tiro de Llull de hace doce meses, y lo fiará todo a buenos primeros planos de isaiah Canaan muy hambriento y provocador; junto a él, entre Williams-Goss y Walkup sin hacer un mal gesto, sellarán a Campazzo, mientras Alec Peters y su 51% en triples, y el ‘hoplita’ Papanikolau creyéndose la misión divina que siempre refleja su mirada, darán la puntilla en dos o tres momentos clave del ataque. Pero tal vez el guión se esté cocinando de nuevo en Madrid, con Campazzo poniendo el turbo para que Musa y Hezonja se desaten delante, mientras Tavares y Poirier intimidan atrás.


Pase lo que pase, podemos erradicar el absurdo tópico del Alto Rendimiento según el cual “good guys always finish last”. Y una mierda. El verdadero liderazgo empieza por saber gobernarse bien a uno mismo. A Mateo le queda el sprint de 80 minutos tras la convincente liga regular, pero lleva dos años sin la necesidad de justificar su trabajo con un enemigo permanente a las puertas. Desde que le dieron mando en plaza, es el personaje de Quevedo que sabe que no se puede perder la honra por el negocio, porque finalmente se acaba perdiendo el negocio… y la honra.

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